jueves, 20 de agosto de 2009

Entre nacos y sicarios

Entre los sicarios y los nacos van a terminar con esta ciudad. Y no es que yo no sea naca, pero para todo hay niveles, señores.


Ayer por la tarde volvía al trabajo luego de la hora de comer, cuando en una de las calles que tomo ocasionalmente encuentro una "fuerte movilización" (como siempre las llaman los medios) de las fuerzas conjuntas de los tres niveles de gobierno, levantando el cuerpo ya occiso de lo que minutos atrás fuera un hombre. Caos vial, miedo para aquellos que aún lo sienten, calor maximizado para las fuerzas conjuntas que acordonaban el área cubiertos hasta los dientes por razones de seguridad, y fuertes sirenas de las patrullas que rondaban la zona.

Más tarde, saliendo del trabajo atravesaba una de las grandes vialidades de esta cuasi ciudad cuando la gente empieza a hacerse a un lado, los carros se quedan inmóviles, los conductores impávidos. Una camioneta se sube al camellón de manera abrupta y se queda unos momentos. Expectantes, los ciudadanos de esta ciudad que presenciamos esto anticipábamos una balacera, una persecución, un sicario bajando con un arma de alto calibre y mirábamos a nuestro alrededor buscando a la posible víctima. Segundos después la camioneta baja del otro lado del camellón. Era un conductor cansado de la larga línea de autos delante de él.


Hay niveles, señores.


Desearía que esto también fuera un relato de ficción.