
Sus rostros cansados, pero felices, iluminados con sus sonrisas. Sus cabellos despeinados (sí, de todas), sus posturas relajadas, sus chistes locales, sus juegos de palabras, sus gestos de aliento, la dedicación que reposa en sus ojeras, la admiración de las unas por las otras, sus múltiples y variados talentos. Todas en distintas etapas y sintonías, y todas juntas.
Lo mejor de todo es que soy parte de esta escena. No es que sea feminista, por el contrario, siempre he tenido más amigos que amigas (es más sencillo convivir con ellos, y las pláticas de ropa, maquillaje y hombres se me terminan siempre de golpe, y para siempre), y creo que equidad es igualdad, más allá de reconocimiento a tal o cual género. Pero ellas, que no hablan de hombres, maquillaje y ropa, por cierto, han venido a acompañarme en una etapa de mi vida que de por sí era feliz, y ahora con su cariño y amistad es sencillamente perfecta.
:) me sentí parte de la reunión por un momento
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