jueves, 16 de junio de 2011

Lo veo

Lo veo conduciendo hacia mí. Lo veo como debió ser años atrás. Lo veo sin verlo, sin mirarlo directo a los ojos. Lo miro sólo sintiéndolo, a él y sus manos que recorren todo, no sólo el hoy sino el ayer y el hubiera. No sólo a mí sino sus ganas y las mías. No sólo mi cuerpo sino todo aquello que nos hemos contado en confidencialidad y que sabemos que no será, pero que está implícito.
Lo veo entonces entrar no sólo en mí sino en mi día, en mi rutina, en mi destino que no es ahora más que un libro en blanco en el que él escribe un capítulo.
Lo veo sobre mí ansioso de que el momento no termine. Lo veo debajo creyéndose único. Lo veo a mi lado dándome su tiempo, y yo creyéndolo mío.
Y entonces lo veo irse, y yo quedo sola como siempre quise.

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